CUENTO

Un rayito de luz en la oscuridad

En estos tiempos, cuando vienen los recuerdos de mis amigos a mi memoria, me detengo un momento para recordar a uno de ellos, a un gran amigo con su pequeño hijo de tan solo dos años y medio. Según Carlos, mi amigo su hijo era todo para él, él niño es tan parecido a él por eso la llama Júnior.

Júnior como él lo llamaba era un niño alegre, divertido, dinámico, un ser especial. Demostraba el gran amor que le tenía a su padre, ese padre tan joven de tan solo 20 años de edad, pero mayor en espíritu y amor por su hijo. Nunca podían estar separados, pero por leyes de la vida y sus obligaciones o tenían que hacer: Carlos a trabajar y Júnior se quedaba en casa para divertirse como de costumbre. Por las tardes, cuando Carlos llegaba de su trabajo, cansado y agotado, siempre Júnior estaba listo a pasarles los informes del día, las quejes y los regaños que le habían dado. Así trascurrían los minutos, hasta que por fin era hora de dormir. Júnior amaba tanto a su padre que dormía en su misma habitación, no junto a él pero la cama cuna de Júnior estaba cerca de la cama de Carlos.

Cuando Júnior veía que Carlos se ponía se pijama y se alistaba para hacer el descanso más largo de la noche, él decía.
- Papá, ¿ya vamos a dormir?- Carlos contestaba.
- Si Júnior vamos a dormir, estas listo para soñar- decía Carlos.
- Si estoy listo- contestaba Júnior.
Así se lavaban los dientes y hacían una competencia, de quien llegaba primero ala puerta de la habitación. Carlos jamás lo dejaba perder, y Júnior siempre feliz porque le ganaba a su padre.
Ya listos para descansar, Carlos decía.
- A ver Júnior, es hora de cerrar los ojos y dormir- Júnior contestaba
- Si papá pero me cantas mi canción esa que tú siempre me cantas.
Carlos se quedaba callado y preguntaba,
- Cual canción hijo- Júnior un poco molesto le decía.
- Rayito de luz, ¿Qué no te acuerdas?
Carlos siempre se acordaba pero le gustaba escuchar esas palabras de los labios de Júnior. Carlos decía
- De acuerdo Júnior pero tú escuchas y te duermes ¿si?- Júnior decía
- Si esta bien.
Carlos entonaba suavemente esa canción que de su hijo era la preferida, lentamente él se dormía, Carlos se levantaba y apagaba la luz, rápidamente Júnior abría los ojos y Leticia.
- Papá no apague la luz, y cántame rayito de luz – Carlos lo veía y pensaba
- ¿Por qué a mi hijo le gusta tanto esa canción, es porque le gusta o porque siente miedo cuando apago la luz y con la canción se consuela. O siente con la letra de la canción que alguien o ilumina?

Caminaba hacia la cama, dejando la luz apagada, él pequeño decía:
- Enciéndela papá enciéndela- él lo veía y solamente se acostaba junto a Junior y le cantaba, lentamente Júnior se dormía. Carlos lo cargaba, fuertemente y a la vez muy cariñoso, para trasladarlo a su cama cuna.

Cuando Júnior ya estaba acostado, Carlos lo observaba le daba un beso en la frente y admiraba tanto a su hijo que decía:
- Nuca estaremos separados hijo y si eso pasa recuerda que siempre te estaremos unidos por en mismo amor.

La noche pasa según Carlos muy rápida, llega el momento de separarse nuevamente. Carlos se despide de su hijo, da un beso y dice:
- Te portas bien mi amor, te amo- Júnior lo observa y dice:
- Yo también papá yo también.
Esa mañana Carlos salió como de costumbre, en su carro rojo doble cabina hacia su trabajo. En el camino una fuerte lluvia lo encerró en la carretera, un poco lejos de su casa, las llantas de su carro se deslizaban y llegó el momento que tubo miedo, miedo a morir. La lluvia cada vez más fuerte, y Carlos temía, decía…
- Señor ayúdame, no quiero morir, quiero cuidar a mi hijo.
Pero nada fue posible su carro eligió la ruta equivocada, al carro se le ruinaron los frenos, y Carlos entro en shock por completo que no pudo hacer nada, se fue hacia la barranca. Su carro quedo totalmente destruido. Carlos se encontraba muy grave herido, golpeado y casi muero, no podía pedir auxilio aparte nadie lo escucharía, porque estaba muy nublado y las tormenta no dejaba de ser fuerte.

Carlos lloraba atrapado entre lo escombros de su carro, él decía:
- Si muero, viviré en mi hijo, desde hoy quiero ser su “rayito de luz” para cuidarlo y protegerlo del mal.
Segundos más tarde ya la tormenta había pasado, la policía se dio cuenta de lo ocurrido, trataron de auxiliarlo, bajaron hasta donde se encontraba Carlos. Movieron los pedazos de carro que aun quedaban, un policía dijo:
- Aquí hay un hombre- otro pregunto
- Está vivo- el policía tocó su cuello con unos guantes de látex y dijo:
- No… está muerto.
Desde ese momento dieron parte a la familia, fue el golpe más duro para ellos. Júnior no comprendía a ciencia cierta lo que ocurría el en medio de grito y llanto decía:
- Y mi papá …

Desde ese momento Júnior se quedo solo; con su familia pero sin su papá. Estaba triste porque en las noches dormía con su mamá y ella no le cantaba su canción favorita. Pobre niño sin su padre, no era feliz.

Hoy han pasado 16 años, Júnior jamás dejo de pensar en su padre porque siempre fue su salvación a sus problemas. Siempre le dio un rayito de luz en la oscuridad.

1 comentarios:

Carlos Liang dijo...

Hey q ondas, me gusta tu blog y por supuesto este cuento que has hecho, está bien chivo suerte.

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